Real, Ilustre y Venerable Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias. CUENCA.
Real, Ilustre y Venerable Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias. CUENCA.

Luis Marco Pérez (1896-1983)

Seguidamente, se ofrecen algunas pinceladas de la trayectoria artística y profesional de Luis Marco Pérez, recomendando la lectura de los trabajos en profundidad realizados en torno a su figura por José Benedicto Sacristán, Portela Sandoval y Bonet Salamanca.

 

A temprana edad, su familia abandona el pueblo natal para establecer su residencia en la ciudad del Turia. Muy pronto, comienza a trabajar en algunos talleres de imaginaria de Valencia, a la vez que inicia estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando. En 1919, recibe una beca de esta institución para estudiar un año en Madrid, tiempo que aprovecha para ampliar sus conocimientos en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando.

Los galardones –entrados en los años veinte del pasado siglo- comienzan a llegar, consolidando su figura y relevancia en el panorama de la escultórica del momento, eligiendo para sus trabajos los tipos locales conquenses, renovando su vinculación con la tierra que le vio nacer.

En 1922, recibe la Tercera Medalla por “El alma de Castilla es el silencio”.

En 1924, recibe la Segunda Medalla por la creación “Idilio Ibérico”.

Y en 1926, finalmente, la Primera Medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes  por la obra “El hombre de la Sierra”.

Convertido ya Marco Pérez en un baluarte para la ciudad de Cuenca, y ante el clamor popular de que así ocurra, el Ayuntamiento de la capital le otorga el título de “Hijo Predilecto”.

Un año más tarde, la Diputación Provincial, le nombre profesor de la Escuela de Artes y Oficios, plaza que adquiere en propiedad en 1932.

En lo que re refiere a su vinculación con la imaginería procesional y la Semana Santa conquense, en 1928 es designado Escultor Municipal, adquiriendo el compromiso de entregar cada año un paso de al menos seis figuras, para las procesiones conquenses.

Marco Pérez continuará cosechando premios; y así, en 1930, obtiene la Medalla de Oro de la Exposición Nacional de Bellas Artes por “El Pastor de las Huesas del Vasallo”.

En 1933, gana por oposición la plaza de profesor de vaciado y modelado de la Escuela de Artes y Oficios artísticos de Valladolid.

La Guerra Civil la pasará en Valencia, al haber sido trasladado a la Escuela de Artes y Oficios de esta ciudad, volviendo a Valladolid al finalizar la contienda, pasando meses más tarde a establecer su residencia definitiva en Madrid como profesor de la Escuela de Artes y Oficios.

En 1956, es nombrado, por oposición, catedrático de Talla Escultórica de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando.

En 1966, le llegaría el momento de la jubilación en sus ocupaciones dependientes de la Administración del Estado.

La faceta por la que es más conocido en nuestra ciudad, es sin lugar a dudas su vertiente como imaginero de tallas procesionales vinculadas al tiempo de la Pasión de Cristo, y que, a la postre, se convertiría en su fuente más recurrente y prolífica de ingresos.

Seguidamente, se enumeran las obras realizadas para nuestra ciudad en este ámbito:

El Descendido. 1931-32.

La Santa Cena. 1932.

Jesús Con la Caña. 1936. 

Tras la Guerra Civil:

Jesús Entrando en Jerusalén, San Juan Bautista, Jesús de Medinaceli, Jesús Orando en el Huerto de San Esteban, El Prendimiento, San Pedro Apóstol, Nuestra Señora de la Amargura con San Juan, Cristo de las Misericordias, Jesús Amarrado a la Columna, Ecce-Homo de San Gil, Nuestra Señora de la Soledad del Puente, Jesús Nazareno de El Salvador, Jesús Caído y la Verónica, San Juan Apóstol, La Exaltación, Cristo de los Espejos, El Descendimiento, Nuestra Señora de las Angustias (1942) y Cristo Yacente.

La Muerte de un artista:

El 20 de enero, El Diario de Cuenca era el encargado de dar a conocer la triste noticia tres días más tarde de que se produjera:

 

A los 86 años y en un silencio total, ha muerto en Madrid el escultor conquense Luis Marco Pérez…”.

 

El periodista José Luis Muñoz, continuaba relatando el óbito, refiriéndose expresamente al abandono del escultor en sus momentos finales.

 

El lunes falleció en Madrid y el martes fue enterrado en el cementerio de La Almudena; dicen que casi en privado y, desde luego, sin que el eco de su muerte hubiera llegado a tiempo a Cuenca, posibilitando quién sabe qué tipo de presencia o de homenaje póstumo de la provincia donde nació y de la ciudad a la que dedicó lo mejor de su obra. Ha muerto en silencio y casi olvidado. Ambas cosas suelen ocurrir cuando la vida se prolonga más de lo habitual, especialmente si en el último periodo vital se produce un apagamiento de facultades, un paso a segundo plano, un perder la posibilidad de ser noticia. Marco Pérez ya no producía esas noticias y prácticamente había roto sus lazos físicos –que no los espirituales- con su tierra natal…

 

Los medios nacionales escritos dedicaron también columnas de información a la muerte del escultor. Recogía ABC:

 

Ha muerto el escultor y catedrático de Arte Luis Marco Pérez. A los 86 años de edad ha muerto…uno de los imagineros más importantes de la estatuaria religiosa del siglo XX junto con Capuz o Collaut Valera, y que en los brillantes momentos del renacimiento de la escultura española –Julio Antonio, Benlliure, Victorio Macho- alcanzó una importante nombradía y prestigio…”La Cena, su último sueño”. Apartado en los últimos años de los medios artísticos no por eso ha dejado de crear una escuela de importantes discípulos… Una de sus más extraordinarias obras, “La Cena”, que fue destruida al comienzo de la Guerra Civil y que componía todo un reto compositivo, fue un proyecto renovado de restitución que no llegó a culminar, aunque había dejado importantes bocetos. Hijo predilecto de Cuenca, había recibido diversos homenajes de la ciudad, aunque últimamente se encontraba a distancia de los medios oficiales. Por ello renunció a aceptar su nombramiento como miembro de honor de la hoy moribunda Academia conquense se Artes y Letras…

 

El periódico EL PAIS, dejaba igualmente constancia del inesperado fallecimiento:

 

El pasado lunes y en un olvido casi total murió en Madrid el escultor Luis Marco Pérez, profesor de la escuela de Bellas Artes y académico de San Fernando… Nacido hace 86 años en el pueblo conquense de Fuentelespino de Moya, pronto demostró grandes aptitudes naturales para la pintura y la escultura por lo que su familia, de condición humilde, gestionó la posibilidad de que realizara estudios de Bellas Artes primero en Cuenca y luego en Valencia, ciudad esta última en la que más adelante ejerció también como profesor.

 

Volvió a Cuenca en la década anterior a la guerra civil para dirigir la Escuela de Artes y Oficios, entonces promovida por la Diputación, trasladándose más tarde a Madrid donde montó su estudio de trabajo en el que ha permanecido hasta el momento de su muerte. La actividad creadora de Marco Pérez tiene dos momentos fundamentales. El primero a partir de 1920 en que sucesivamente fue obteniendo galardones en las exposiciones nacionales entonces convocadas culminando con la medalla de oro que recibió en 1931 por una cabeza titulada El alma de Castila es el silencio que hoy se encuentra en el museo de Cuenca donde le está dedicada una sala completa que recoge gran cantidad de dibujos y esculturas.

 

También de esta época son varias obras que se encuentran instaladas en lugares públicos de Cuenca como El pastor de las huesas del Vasallo, El hombre de la sierra y El monumento a los muertos de la guerra de África.

El segundo momento de importancia creadora de Marco Pérez fue al termina la guerra civil, cuando la junta de cofradías de Cuenca le encargó la reposición de numerosos pasos de Semana Santa que habían sido destruidos. Obras fundamentales de la imaginería conquense debidas a Marco Pérez son San Juan evangelista, El Cristo de los espejos y La Virgen de las angustias. Sin embargo, el artista no pudo nunca llevar a cabo su máxima ambición: Reconstruir el paso de la Santa Cena que él mismo había realizado anteriormente y que también quedó destruido.

 

La obra de Marco Pérez aparte de la que está localizada en Cuenca, se encuentra muy repartida en diversas poblaciones castellanas, tanto en edificios civiles como religiosos. Suyos son también los relieves ornamentales de la Torre de Madrid.

Luis Marco Pérez fue enterrado el martes en el cementerio de La Almudena, si bien es propósito del ayuntamiento de Cuenca intentar gestionar en el futuro el traslado del cadáver

 

Muy pronto se supo que desde la alcaldía se estaba valorando ya la realización de un solemne funeral en las fechas próximas a la Semana Santa, así como barajando la posibilidad de trasladar su restos mortales a Cuenca tan pronto como la legalidad vigente en estos temas lo permitiera y siempre que la familia prestase su conformidad.

 

La materia muerta del bronce, la madera, la piedra o el papel supo cobrar vigor y personalidad propia en sus manos, y ahora él permanecería vivo en cada una de las obras que acarició su sensibilidad artística.

 

El mundo nazareno perdía su principal valedor en la creación escultórica de sus obras procesionales tras la contienda civil. Aquel con cuyo trabajo y fineza en el modelado fue posible recuperar en poco tiempo devociones y advocaciones tradicionales en nuestra Semana Santa, permitiendo contar en nuestros días con un tesoro patrimonial armonioso cuyo valor es incalculable. Los grandes grupos de tallas y las figuras en soledad pero cargadas de significación y expresividad lloraban la pérdida de quien les insufló movimiento y carácter.

 

El 26 de enero, la Junta de Cofradías organizaba a las siete y media de la tarde un solemne funeral en la iglesia de El Salvador. El acto fue dado a conocer en los medios escritos, aprovechando la ocasión para invitar a los nazarenos y al pueblo de Cuenca en general a prestar con su presencia, testimonio de respeto y reconocimiento a toda una carrera artística que dejaba para siempre en nuestra ciudad sus mejores obras.

 

Al comienzo del mes de abril, el Ayuntamiento adquiere la Medalla de las Bellas Artes concedida a Marco Pérez por el Ministerio de Cultura en su categoría de Plata y a título póstumo para imponerla en la sala dedicada al escultor en el Museo de Cuenca. rla en la sala dedicada al escultor en el Museo de Cuenca.

 

                                                                            José Manuel Vela Velasco

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